HISTORIA REAL
Ya va a hacer un año de todo esto y aún seguimos igual, o sea, no hay nada, pero lo hay.
Mi mejor amigo me telefoneó para pedirme un favor.
Por motivos de trabajo su mejor amigo bajaba a mi ciudad y mientras encontraba un piso me pedía una habitación en mi casa.
Yo vivo sola y espacio me sobra, además yo ya lo conocía, habíamos coincidido en muchas ocasiones aunque no éramos lo que se dice amigos y la verdad es que a mi me caía hasta mal, tan guapo y apuesto, tan chulo y prepotente.
El estaba casado y con una nena de 2 años, para mi con eso estaba todo dicho.
Llegó el día y se instaló en mi casa.Apenas coincidíamos por motivos de trabajo, él llegaba a casa tarde y yo madrugo mucho.
Pero a veces él llegaba pronto y preparaba la cena o nos íbamos a cenar por ahí.
Nos hicimos amigos, muy sinceros, riendo sobre lo que siempre habíamos pensado el uno del otro.
Y en una de las cenas en casa, él comenzó a arrinconarme en el sofá, lo achaqué al vino y me fui a la cama con el corazón a mil.
Al día siguiente le envié un sms preguntando si la noche anterior me había tirado los tejos y su respuesta fue si.
De modo que me ví envuelta en una relación que jamás quise tener, con un hombre casado.
Pero todo era perfecto, el sexo era increíble, vivíamos enamorados, todo era demasiado perfecto.
Le conté mis sentimientos, una sabe cuando es correspondida, pero él me decía que no podía dejar a su mujer, por su hija.
Hubo un alejamiento tras esto.
Yo me hundí, porque sus ojos me decían cosas que sus palabras desmentían.
Pero tampoco podía hacer nada, así que le dije que lo mejor era que perdiésemos el contacto, que ni siquiera me llamase por teléfono.
Pero lo hacía.
Cambió de ciudad por trabajo, de nuevo. Y seguía llamando, me pedía que me fuese con él y al día siguiente me decía que le dejase tranquilo que estaba muy liado.
Dejé de cogerle el teléfono e intenté olvidarle.
Supe que se había separado de su mujer, aun así no le cogía el teléfono.
Hasta hace unas semanas que fue tanta la insistencia que lo cogí.
Me dijo que vivía amargado desde la última tarde que pasamos juntos, que me tenía en mente cada día...
Me dice esas cosas pero no se moja en nada más.
Decidimos abrir la veda y que yo le llamase y que dejase que él me llamase a mi y desde entonces estamos así, a mi esto me hace daño.
Por un lado siento que terminaremos juntos.
Por otro...creo que me hará mucho daño.
(Anónimo)
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