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Monday, February 28, 2011

Mi amor no ha cambiado en 23 años



Mi amor no ha cambiado en 23 años



Todo inicio un 11 de junio de 1983, eran aproximadamente las siete de la noche había llovido y fue entonces cuando conocí al hombre que robaría para siempre mi corazón (BI_LET), como se dice amor a primera vista. Esa noche no deje de pensar en cuánto me había impresionado aquel chico de sonrisa franca y mirada profunda.
Al iniciar el siguiente día pasé de nuevo por donde él se encontraba y se dio la oportunidad, de poder hablar e intercambiar algunas ideas, pero ese chico de uniforme me fascinaba y sin proponérmelo se estaba metiendo en mi vida. Aún lo recuerdo como si fuera ayer, aquel primer beso que vino después de una cachetada (la cachetada si no se por qué se la di, creo que por tonto que no miraba que estaba muriendo porque me diera un beso)y así transcurrieron unos días maravillosos entre lluvias y las bromas de qué bueno que estaba el mango.

Pero como todo lo bueno un día llega a un fin, una mañana llego y me dijo adiós. Regresó a la Academia (era su ultimo año en la academia militar) y ese día sentí que parte de mi se acaba, y fue como un mes y medio que recibí una carta de él con procedencia desde Panamá, porque se encontraba en ese país haciendo una pasantía de su ultimo año. Yo leí y leí una y mil veces esa carta y mientras se encontraba ahí me escribió tres veces más y al acercarse el fin de año no supe más de él.

Vino la navidad y yo suspirando y soñando que pronto podría verlo o recibiría noticias. Llegó el momento en que inicié mis clases universitarias y me traslade hasta la sede de la universidad nacional comencé entonces mi búsqueda en las calles, lugares públicos para saber de él y fue entonces una tarde de abril que por fin lo encontré y llame y cuando escuche de nuevo su voz sentí la emoción más grande del mundo.

Entonces concertamos una cita y fue un sábado 15 de abril que yo lo vi de nuevo y mi corazón no cabía en mi pecho de tanta emoción. Lo abracé como a nadie en esta vida había abrazado y fue un encuentro que siempre está presente en mi mente. Así transcurrieron los meses entre muchas llamadas telefónicas y horas más horas hablando y una que otra visita a su lugar de trabajo.

Fue un 19 de noviembre que me entregue a él, sin saber todas las consecuencias que esto tendría. Llegó el día de Navidad. Recuerdo que fui hasta su trabajo para saludarlo y estar un rato antes de irme de naciones a mi casa, sin saber que ese sería el último día que lo vería en muchos años.

Al regresar de naciones muchas cosas habían cambiado. Ya no éramos dos, sino tres y esa fue la parte que no le gusto y me dio la espalda en aquel momento tan crucial. Lloré y lloré por muchos días, meses y hasta años, sin poder apartarlo de mi pensamiento ni un instante, cada día que pasaba lo amaba, pero ya no atendía mis llamadas y no quería verme.

Fue un 19 de noviembre de 1987 que conocí a una persona muy especial, que me dijo que le diera la oportunidad de demostrarme que con paciencia y mucho amor se puede lograr conquistar un corazón roto. Me di esa oportunidad pensando que el hijo que ahora tenía necesitaba un hogar y una figura paterna. Fue así que transcurridos 7 meses de conocernos nos casamos y hasta en ese día que se suponía era especial yo llame a BI_LET para decirle que no podía olvidarlo y que lo amaba aún.

Recuerdo que 8 días después que nació mi segundo hijo llame a BI_LET, hablamos un poco y me sentí feliz y desdichada a la vez porque aún con todo el amor y dedicación que tenia por parte de mi esposo no podía apartarlo de mi corazón.

Regrese a la universidad que había abandonado en 1992 y que no saben a quien encontré de nuevo en la facultad: al amor de mi vida. Él también ya casado con una vida hecha y más bello que nunca. Ese día fue hermoso y no podía con la emoción de volverlo a ver y así es como desde entonces nunca he dejado de llamarlo en cada oportunidad que he podido en ocasiones especiales, cuando me siento triste o cuando estoy feliz, cualquier pretexto ha sido bueno para estar cerca de LET y hasta hemos tenido encuentros tan pero tan cercanos que hasta me arrepiento que no haya pasado lo que ha tenido que pasar (1996).

En 1987 en el mes de febrero más exactamente en que todo empezó cambiar cada día había una comunicación a través del chat y es así como se fue despertando aquel gigantesco amor que había reprimido por años y años de negación a lo que sentía, me negaba aceptar ese sentimiento por principios morales, por respeto a mi esposo, a mis hijos y a mí misma. En el mes de septiembre le dije que sí, a lo que por mucho tiempo había pedido y ese si, cambio totalmente mi vida y fue el 21 de diciembre (07) después de haber pasado muchas horas chateando y hablando por teléfono que decidí ir a su trabajo a la una de la mañana y entre el miedo y la emoción tome la calle para llegar aproximadamente como unos 7 kilómetros de casa, tenía mucho miedo porque yo nunca he podido manejar bien y vencer el miedo a hacerlo.

Pero llegué y mi corazón estaba tan asustado como yo y cuando por fin salió fue tanta la emoción que no sabía que decir. Entre sus brazos y sus besos me estremecía deseando que me hiciera suya, entonces paso lo que debía pasar, pasamos una velada exquisita hablamos de tantas cosas y para mí era como un sueño del que no quería despertar, no había sido tan perfecto como lo había imaginado pero para mí, eso me sabia a gloria estaba conmocionada por el amor y fue mágica esa madrugada entres sus brazos, y así han habido dos encuentros muy cercanos y otros tantos muy cerca pero no tanto. Es así como después de 23 años mi amor por LET no ha cambiado y creo que hoy lo amo más que nada en esta vida.

Ese es mi más grande pecado y secreto amor.

(Anónimo)

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