Reconstruir los sueños
Pues todo empezó el septiembre de hace unos cinco años, el tenia 16 y ella 14. En realidad eran un par de niños ingenuos e inmaduros que sabían mucho de nada, ella estaba enamorada de la vida y su sueño era encontrar a su príncipe azul, el primer amor del que todos hablan y dicen que jamás se olvida. El solo buscaba diversión y no esperaba el amor.
Fue una noche de fiesta hasta tarde, o más bien hasta temprano en la madrugada, y no hicieron más que platicar por horas, un poco de abrazos y un beso de despedida en la mejilla, cerquita de la boca, pero no más.
Y así pasaron los días y las semanas, hablando diario por teléfono durante horas y horas. A ella le latía muy fuerte el corazón cada que lo veía, se ponía nerviosa y a veces no sabía que decir ni cómo actuar, el siempre estaba muy sereno y tenía una sonrisa un tanto presuntuosa, pero muy adentro de él comenzaba a nacer algo muy fuerte. Al principio no se daba cuenta de lo que era, pero con el tiempo lo comenzó a sentir, no lo quería aceptar y a veces la trataba con un poco de indiferencia y frialdad haciendo que ella se sintiera no correspondida y confundida.
Después de cuatro meses él decidió declararle su amor un primero de enero por la noche, así comenzó la verdadera historia de amor. A los pocos meses ella sintió algo tan grande dentro de ella, algo que quería salir, algo que ella no podía controlar y entonces lo dijo.
-Te amo.- Salió de su corazón, ella no lo planeo pero se lo dijo. –No tienes que contestarme nada, solo te lo tenía que decir.-
Y así fue, el no dijo nada, pero no porque no lo sintiera, simplemente no estaba seguro de si era amor, pues era algo que jamás había sentido. Era un dolor en el pecho impresionante que sentía cada que pensaba en ella, lo cual era todo el día. Solo quería terminar de trabajar para ir corriendo a su casa y poder abrazarla, y despedirse de ella al final del día era cada vez más difícil.
-¡Es amor!- pensó él, y no tardo más en decírselo.
Cada día era más intenso y más pasional, pasaron casi dos años cuando de repente todo cambio. El era frió de nuevo y no demostraba más su amor, prefería no verla e irse con sus amigos, ella no podía entender que pasaba ¿la había dejado de amar? Era verano y ella lo sentía como el peor de los inviernos hasta que se armo de valor y un día ella fue a casa de él con un gran dolor en su corazón.
-Te vengo a cortar ya que tú no tienes el suficiente valor para hacerlo.
El lloró y le juró que algún día regresarían y él le probaría cuanto la amaba en verdad. Ella, por obvias razones, no le creyó. Pero aun así, no podía evitar extrañarlo, no podía dejar de buscarlo, ni de rogarle que regresara a ella. El sentía un enorme dolor al verla arrastrarse así, pero fue fuerte y siempre dijo no. En realidad la amaba, pero no era tiempo para estar juntos, tenían mucho que madurar y que arreglar en su relación, solo que ella no entendía y para alejarla, él la lastimaba diciéndole cosas horribles. Al fin ella se rindió y dejo de buscarlo, estaba segura que él ya no sentía nada. Dos meses después, él la busco, ella quiso hacerse la difícil pero cayó rápidamente en sus brazos, pues lo amaba con el alma.
Eran novios de nuevo, pero todo era diferente. Casi nunca se veían, él ya no le hablaba diario y cuando lo hacía ya no duraban ni una hora en el teléfono. Ella pensaba que el ya no la amaba, y no sabía en realidad para que habían regresado. Lloraba todas las noches y se refugiaba siendo fría con él. Ya no le decía que lo amaba y ella nunca le buscaba, al menos que él la buscara primero. Él siempre estaba con sus amigos, de antro en antro, de fiesta en fiesta, tomando, nunca con ella y siempre con ellos.
Él la sentía segura.
-Me ama, nunca me va a dejar.- El pensaba. En realidad era egoísta, pues no quería dejarla ir porque la amaba, pero no quería demostrarle su amor, la tenia ahí para él cuando la quisiera y cuando no tuviera ganas de estar con ella simplemente no le hablaba.
Así pasaron 3 años más y ella un día se hartó y lo corto. El lloraba y le prometía que cambiaria, pero que no lo dejara. Era como el viejo dicho “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Y él cambiaba, pero solo por un mes o dos y después volvía a despreciarla. Así paso 3 veces, ella lo corto 3 veces y él se arrastró 3 veces, el cambió 3 veces durante un mes o dos y 3 veces volvió a ser un patán. La cuarta vez ella sentía que ya no lo amaba y se lo dijo.
-¡Yo ya no te amo, y te lo ganaste a pulso!
-Ya sé que yo tengo la culpa pero no puedo soportar la idea de no tenerte, ni la idea de imaginarte con otro hombre, yo te amo.- La discusión duro horas, ella le dio una última oportunidad y extraño, pero él de verdad cambio. Esta vez no iba a dejarle de demostrar que ella era su vida, su todo. Compro un pequeño anillo de compromiso con muchos trabajos y pensaba decirle el día de su cumpleaños, pues en verdad él quería pasar el resto de su vida con ella. Claro que no se casarían en unos meses, ni en un año, quizás ni en dos; pero él quería una promesa de verdad, algo más que un simple noviazgo.
Lamentablemente ella ya no sentía amor por él, ella trataba porque sabía que esta vez él si estaba haciendo un esfuerzo por cambiar, pero ella sentía que había sido demasiado tarde. Había esta otra persona en el trabajo de ella, quien le llamo la atención y empezaron a tener un estilo de relación sin compromiso alguno, a escondidas, claro.
Unos días antes del cumpleaños de ella, unos días antes de que él le diera el anillo, se entero de lo que ella estaba teniendo con esa otra persona, sintió morir, sintió asco, se sintió traicionado, decepcionado. En un arranque de ira, la golpeó y las familias de ambos los separaron. Ella se arrepintió hasta quererse suicidar por todo lo que había causado, se dio cuenta de que ella tampoco podía vivir sin él y de que si lo amaba, aunque se dio cuenta muy tarde, él tal vez ya no la perdonaría jamás.
Piensan fugarse juntos para alejarse de todos y poder resolver esto juntos, pero es muy difícil, él se descontrola muy fácilmente y no sabe si algún día conseguirá perdonarla y ella no puede evitar sentirse la peor mujer del mundo, no puede evitar quererse matar, pero los dos quieren poder rehacer todos sus sueños.
(Anónimo)
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