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Monday, February 28, 2011

Una historia parecida a una telenovela



Una historia parecida a una telenovela



Hola. ¿Qué tal estáis? Cada día leo vuestras historias y siempre he deseado que llegara el día que tuviera un poco más de tiempo para escribiros la mía… Hoy es el día. Os puedo asegurar que mi historia es parecida a la de una telenovela.
Mi historia comienza cuando tenía 19 años. Yo llevaba 2 años con un chico que creía que me traía loca. Él pertenecía a una familia muy adinerada de mi pueblo y su padre era el jefe de mi padre. Yo pertenezco a una familia más sencilla y más pobre (aunque no siempre ha sido así). Cuando yo era pequeña mi familia estaba mejor económicamente. Tenían algunos apartamentos (herencias de sus antepasados) y uno de ellos estaba en el pueblo de mi amiga casualmente.

El caso es que en el pueblo de mi amiga paso una gran tragedia cuando éramos pequeños. Por lo visto algunas familias de dinero querían quedarse con los terrenos del pueblo para hacer un gran polígono para tener sus empresas. También querían sacar a la gente de sus hogares, comprárselas y construir negocios y cosas así. Una de esas casas era la de mi amiga. El caso es que los del pueblo se negaron y por eso algunos quedaron en la calle porque más de uno les incendiaron las casas y sus tierras… los dejaron prácticamente en la calle. Por eso las familias de ese pueblo no pueden escuchar hablar del mío pues los culpan de sus tragedias (y aunque tienen sus motivos no todos tuvieron la culpa, por ejemplo mis padres).

Mis padres lo perdieron todo para proteger gran parte del pueblo y porque le tendieron una trampa. Esto lo supe mucho mas tarde. Yo recuerdo que mi familia y yo veraneábamos allí. No me acordaba de ese pueblo hasta que un día vi unas fotos. Estábamos allí y me pregunte porque no habíamos vuelto. Mis padres se callaron. El caso es que toda esa tragedia pasó una noche un 14 de Junio de 1990. El caso es que esa casa aun estaba en el pueblo, y se salvo de milagro pero no la visitábamos ni nada… no querían hablar y a mis padres se le llenaban los ojos de lagrimas cuando recordaban todo eso especialmente a una familia que les ayudo en esa noche y que por miedo habían perdido el contacto. Les escuche. Por lo visto les incendiaron los terrenos y mi madre salió herida, casualmente esa familia luchaba también por apagar su fuego y la señora salía llorando con tres hijos (2 niños, de 11 y 9 años y una niña de mi edad, 8 años). Esa señora nos cogió a mi hermana de 4 años y a mí y nos llevo a un sitio más seguro mientras mi padre se iba con mi madre en la ambulancia para trasladarla al centro de salud del pueblo más cercano a unos 5 kilómetros). El caso es que yo no me acordaba.

Pues bien en el año 2001 yo estaba con ese chico y teníamos muchos problemas. Tenía una forma de vida demasiada antigua, correcta y demasiados “perfectos”. Ellos eran lo mejor en todo y te hacían sentir como si fueras una porquería… no me valoraban, me vigilaban y me sentía carcelera hasta de mi propia vida. Yo creo que era como una especie de venganza hacia mi familia por no entrar en el negocio años atrás. Llevaban otra vida de lujos y posesiones… todo lo contrario a la mía. Lo estaba pasando muy mal, y teníamos unas broncas muy fuertes.

En aquellos momentos tan tristes conocí a mi amiga Eva, ella era de ese pueblo pero se trasladó al mío junto a su novio y su hijo pequeño. Teníamos la misma edad y congeniamos a la primera. Con ella podía disfrutar con todo, reírme, hablar de todo… éramos la una para la otra. Ella sabía todo lo de mi relación y me ayudaba muchísimo a que no cayera en un pozo sin fondo. La quería muchísimo.

Al poco tiempo su novio la abandonó y regresó a su pueblo. Lo pasó muy mal y yo pues me saque el carnet y viajaba bastante a su pueblo para apoyarla (que están a 30 km de diferencia, el mío es un pueblo de costa y el suyo es más pequeño y del interior).

Poco a poco mi vida se iba convirtiendo en un infierno con este chico y lo dejé, y me trasladé a esta casa. Mis padres no se lo tomaron muy bien y sus padres pues al enterarse de que era de mi pueblo pues me miraron mal pero después me quisieron mucho.

El caso es que a mi amiga le extraño ese comportamiento de sus padres y me preguntó. Yo le conté toda la historia. Ella me dijo que esa historia a sus padres les quitaba el sueño, que su padre se acordaba de alguien de aquella noche que no quería mencionar y su madre estaba con ataques nerviosos constantemente por culpa de aquello. Ellos se dedicaban a vender la fruta en el mercado del pueblo, ellos la plantaban y luego la vendían, también la transportaban a algunos supermercados de la ciudad y mi amiga la envasaba para ayudar a sus padres.

Allí conocí a sus 2 hermanos. El mayor Antonio tenía 22 años y el mediano era Francisco y tenía 21 años. Antonio no se fiaba de mi por la misma historia y Francisco no quería ni conocerme cuando se entero de que una de ese pueblo estaba allí (menuda tontería ¿verdad?)… pues bien todo cambio cuando nos conocimos. La primera vez que lo vi me quede sin habla y a él le paso lo mismo… menudo flechazo. Mi amiga no hacia más que llamarme y yo no podía ni quitar mis ojos de él. Era guapísimo. Nunca había visto a un chico tan guapo. Era rubito y con uno ojos color miel preciosos… era muy sencillo. Él era el que se encargaba de transportar la fruta. Yo estaba como en las nubes. Cuando lo veía yo intentaba disimular pero él no me quitaba la vista de encima. Incluso mi amiga me decía que su hermano estaba muy raro, que estaba como pensando algo y que estaba muy preocupada por él. Yo lo observaba pero nunca le hablaba. Ni él a mí. Solo nos mirábamos. Hasta que un día nos hablamos y nos quedamos como si el mundo se parara de repente. Yo no podía ni dormir. Él tenía novia pero según mi amiga, lo llevaba por la calle de la amargura. Siempre estaba triste y no podía hacer nada, ni dejarla porque ella lo amenaza con matarse si la abandonaba. Pero me dijo que era extraño, pero que desde que yo llegue y me conoció estaba más feliz y que nunca lo había visto así por ninguna chica… lo conocía bastante bien, y era demasiado tímido como para mirar a una chica como me miraba a mí. A mí me halagó.

Así estuvimos un tiempo, y nos hicimos muy buenos amigos. Claro que había muchísima pasión en cada palabra y mirada. Llegamos a contárnoslo todo. Éramos uña y carne. Salíamos juntos a divertirnos junto a mi amiga y más amigos… pero nunca me planteé en estar con él. Hasta que un día su novia se dio cuenta que me miraba demasiado y le prohibió que me hablara… Él, con miedo, dejó de hablarme. Yo no lo entendí pero lo acepte. Lo eche mucho de menos. Nos mirábamos y se notaba que lo estaba pasando muy mal.

Hasta que un día apareció por mi casa y más o menos me insinuó que le gustaba mucho. Yo me quede sin habla. Me dijo que no sabía si estaba faltándole a su novia pero que no podía remediar fijarse en otras, sobre todo a otra. Me besó dulcemente y se fue. Yo me quedé sin habla. Lo evitaba. Al poco tiempo mi amiga le conto a los padres mi historia y se dieron cuenta que yo era hija de esa familia de aquella noche… todo cambió. Él no sabía si hablarme o no, por lo visto el padre se dio cuenta de que estaba pilladillo por mí y le advirtió que ni se le ocurriera hacerme daño, que tendría que vérselas con él… su padre no hacia más que mirarme con buenos ojos, y me protegía como a su hija. Ellos hablaron conmigo y me contaron toda la historia y yo les puse en contacto con mis padres. Sus problemas se solucionaron.

Al ver la ignorancia de Francisco, fui yo quien lo busqué… y lo besé. Estaba haciéndolo mal, lo sabía, por su novia, por su familia que me había acogido estupendamente después de todo pero lo necesitaba y lo amaba… Él respondió a mi beso y se quedo como embobado mientras yo me alejaba.

Así comenzó mi romance en secreto. Ni mi amiga lo sabía. Nos encontramos en algunos hoteles y hacíamos el amor. Él siempre me decía que me amaba y lo demostraba. Al poco tiempo dejó a su novia porque no aguantaba más esa relación sin amor y lo confesó todo a su familia. Fuimos a buscar a la mía a mi pueblo. Y así estuvimos de novios 4 años y medio. Feliz.

Me case con 25 años y así se unieron dos familias que hacía años no se veían, dos niños que compartieron aquella trágica noche y se unían pasando de todo 17 años después. La boda fue muy emotiva, preciosa y me case profundamente enamorada. Me llevo genial con mi esposo, con mis suegros y con toda la familia. Mis suegros son estupendos, me quieren muchísimo y confiamos mucho los unos a los otros. Y qué decir de Eva, mi cuñada. Estamos siempre juntas. Seguirá siendo mi mejor amiga. Ella también se caso con un hombre estupendo y nos llevamos todos muy bien. Ahora tengo 26 años y llevo un año de casada y sigo feliz. Estoy muy enamorada. ¿Quién nos lo iba a decir, eh? De verdad, que el destino puede dar muchas sorpresas.

(Anónimo)

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